domingo, 27 de febrero de 2011

Yo vi, yo va, cada día yo te quiero ma, yovi yovi yovi yova

Entregá tu bolso, encontrá las respuestas.
No me importa nada tu espalda siniestra.
Date vuelta y bajá la cabeza.
Contestá, no me mires.
Contestá, no me mientas.
A la hora que yo diga se verá si está muerta.
Contestá, ¡dale loca! ¡dale nena!
Decime vos,
¿qué pensás de que le ponga azúcar en polvo a las sirenas?

jueves, 24 de febrero de 2011

¿Por qué no nos juntamos en otro lado?

Ayer en un sueño nos encontramos un montón de gente del pueblo, discutíamos y nos amábamos mientras ardíamos en el infierno. Lugar de indescriptible agonía. Tenazas calientes, perversiones de cuero, gallinas chorreando su elixir colorado. Mi enano fascista golpeando la puerta y todos desde adentro gritamos ¡¡yo quiero!! Me imagino hoy, ya despierto, a todos en sus camas la noche anterior. Aterrados, durmiendo.

martes, 22 de febrero de 2011

Chupacabras

Jazz Vudú cree firmemente en que puede absorber la energía de los demás. Ese algo invisible que todos tenemos, materializado en el aura que algunos perciben, como Jazz. Puede ver cuando el aura esta vulnerable, toma un color azul pálido y aparece y desaparece, aparece y se va. Se acerca entonces a esa persona, le charla animadamente sobre las cosas más interesantes que se le ocurran en el momento. Mientras, la energía azulada es atraída a su cuerpo, donde se funde con destellos grises y rosas.

viernes, 18 de febrero de 2011

Agente soda

Quiero naranja y aparecés vos, camarera asiática. Miro tus labios y escucho un suspiro. Tu pelo se enreda entre mis dedos. Así todo el tiempo, quiero un buen auto y compro el billete que resulta elegido. Cruzo los lagos y floto rendido pero las olas tristes me llevan a la playa. Canto de noche y llega el estío. Quiero aburrirme y duermo dormido. Sueño vestido, bailo, sonrío. Displicentemente, casi por descuido miro de reojo al brujo y al bandido, a la camarera asiática del corto vestido, al monje nudista que bebe en el río, al pájaro herido. Todos dependen de mi simple suspiro. Siento un poder semejante al río. Puedo mirarte y tenerte, sentirlo. Llorás de noche, querés un lío, sabes que nunca veré ese río. Salto y dejo a la moza vacío.
Nadie se atreve a meterse conmigo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Ayer soñé

que venía Superman y en sus manos traía la mas hermosa enfermera que haya visto en mi vida. La dejó en mi cama semi dormida. Miré su entrepierna, su escote y sus labios y derramé el helado en la puerta del baño. La miré de muy cerca y me di cuenta enseguida que yo la conocía. Que en realidad era mi amiga. La miré un segundo mientras se despertaba y no dudé en besarla, tocarla y amarla. Era libre al placer que me plazca. Al otro día en el bondi la crucé al bajar y me sonrió como nunca.

domingo, 13 de febrero de 2011

Juan en silencio

¡¡Grita!!
Se quema las cuerdas vocales con alaridos de fuego azulado.
Inmensas lenguas de fuego silencioso.
Fuego ausente.
Grita silenciosamente en su calle de barro,
en su pila de cuero y vinilo dorado.
Lame en su cuna el chupete ya usado
y grita con fuego en silencio,
en el barro.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Serruchando el piso a un rolingston

Las mañanas de Juan siempre han sido siniestras, las tardes oscuras y las noches falsas. Lo primero que hacía al levantarse era llamar a su amante mientras su mujer estaba en el baño. Arreglaban un horario para verse en el telo, casi siempre a la siesta mientras sus parejas los creían trabajando. Cuando llegaba a la oficina buscaba la aprobación de su jefe contándole los últimos chismerios que se enteraba en el ascensor y mientras explotaba la bomba del día se escondía en el baño de maestranza a fumarse un porro. Antes de volver al trabajo se lavaba frenéticamente las manos y cara, comía un chicle y se ponía desodorante que lleva siempre consigo para la ocasión. Al mediodía no se iba a comer sino al telo donde pasaba sus dos horas de descanso meta coger con Tatiana, a la que le prometía que iba a dejar a su esposa mientras ella ilusionada le arreglaba la corbata. Por la tarde en la oficina aprovechando que el jefe no iba se encargaba de que los que estaban debajo de él hicieran su trabajo, amenazándolos con mentiras y falsos comentarios que atribuía a su jefe. Cuando al marcharse bajaba solo en el ascensor escupía el pulsador de los pisos esperando que alguno de sus enemigos se ensuciara las manos. Al llegar a casa era todo amor y caricias para su mujer embarazada, la llenaba de elogios y dulces mentiras mientras miraban la tele en la cama. Asi fue siempre Juan, por años hasta que abandonó finalmente a su esposa e hijos, se hizo llamar Jazz Vudu y partió solo hacia el desierto.

martes, 1 de febrero de 2011

Sombras verdes junto al río

Voy silbando,
junto al río voy,
en mi cesta todo el rico amor.
Cuando vengas no te olvides que si puedo yo te abrigo.
Nunca siempre todo va salvo el río que más da.
No te acerques por la noche,
es oscuro junto al río.
No te acerques, no me busques,
junto al río yo me abrigo,
es de noche junto al fuego,
hoy es quema de agujeros.
Nunca nada es tedioso,
solo el viento busca tiempos y tu lancha no es de río.
Hasta siempre no me acuerdo,
hasta nunca junto al río.
Tengo miedo de que faltes,
de que faltes y sonrío.