viernes, 14 de enero de 2011

Siesta húmeda

Un horario fuera de lo común para un trabajo. Entreabriendo mis ojos adormilados, veo tu silueta recortada por la luz de la ventana. La pollera de oficina que tanto amo, medias oscuras en piernas largas, camisa blanca anteojos negros. ¿The name? Samantha. Buenos días o mejor buenas tardes ¿en que la puedo ayudar? Una lluvia si cómo no. ¿Sola? Quiere usar... Claro sí, use su ropa...¿Que la acompañe yo? Si ¿por qué no? Vamos. Ah! Espere que enciendo la brisa, iremos por el mar. Caminamos juntos en silencio bajo el húmedo golpeteo de la lluvia en sus ojos, en sus piernas y en mi. Cuando llegamos bajo el faro de repente me alejo y ella se apartó. Comprendí enseguida que quería que me fuera y trotando me volví al salón. Se quedó mas de la cuenta, hasta la noche pero no le dije nada. Por la noche mientras estaba soñando terminamos el paseo frente al mar y me dijo: No recuerdo más como era el cielo y le contesté, es hermoso pero nunca lo he visto. Luego de besarnos y extasiarnos nos volvimos a nuestros sueños y soñamos con el color del cielo.