domingo, 16 de enero de 2011

El negocio de la lluvia

No fue una genialidad pero marcó un hito en el mercado del entretenimiento. A Jazz se le ocurrió mientras miraba películas del mar. Construyó un enorme hangar en el medio del desierto con el dinero de una buena noche de juego. Dejó atrás su antigua vida, mujer,  hijos, a los que solo llama de vez en cuando. Tuvo que dejarlos pero sueña todas las noches con ellos, lo que al fin de cuentas es lo mismo. Mientras ellos sueñen con él todo irá bien. El apartarse tuvo éxito, el negocio de las lluvias explotó. Todos querían sentir el agua en sus mejillas, empaparse de algo mas que sudor. Hacían colas por un lugar. Pronto Jazz se extendió y abrió sucursales por toda la región.
Tenía el secreto, dónde encontrar agua.