domingo, 27 de marzo de 2011

LLamada 77 desde el infierno

Jazz: ¿Hola?
Lucifer: ¡Te destruiré!!
Jazz: ¿Quién habla?
Lucifer: Ya me vas a conocer, baldeador de sueños...
Jazz: ¿Quién habla? ¿Sos vos Lucifer? Ahijunagransiete! ¡Te voy a dar a vos! No te va a alcanzar el fuego para apagar mis lluvias. Y dejá de mandarme matones a sabotear mi trabajo ¿entendés?
Lucifer: ¡Ja ja ja ja! ¡jajaja ja!! Matones no necesito, yo mismo iré esta tarde a tomar una de tus lluvias...
Jazz cuelga el teléfono y patea la silla del escritorio.
Jazz: ¡Ya vas a ver Hijo de puta!
Por la tarde, Jazz estaba en la entrada cortando boletos, quería ver cara a cara a todos para buscar a Lucifer. Desconfío de mas de uno, mas bien de casi todos. A los que desvistió los vistió con dólares para que no lo denuncien. Cuando se terminó la cola fue a su oficina a descansar, estaba agotado. Afuera hacía mucho calor, estaba atardeciendo. Tomaba un trago de cerveza helada cuando escuchó la alarma, salió corriendo. La luz del tablero indicaba el hangar 16, se acercó mientras todos huían a los gritos. Cuando entró vio a la dulce viejecita que él había piropeado subida al escenario prendida fuego, bajo la lluvia. A pesar de todos los esfuerzos por apagarla se encendía cada vez mas. La viejita reía a gritos. El agua le resbalaba por su cuerpo en llamas sin apagarlo, parecía que le estuvieran tirando gasolina. Jazz se acercó a los controles y cortó el agua, instantáneamente la viejita se apagó, no parecía quemada ni lastimada. Se alejó junto a su perrito y su paraguas. Cuando llegó a la puerta se dio media vuelta y sonrió. Luego se fue dando un portazo.